Expresión utilizada para referirse a cuando alguien se pone a contar historias largas y jugosas, a menudo con un toque de exageración y sin prisa alguna. Se usa mucho en torno a una buena taza de café o una reunión casual.
"Ayer me quedé hasta tarde echando charlas con el abuelo sobre sus aventuras en el río Orinoco."
En Bogotá se usa para hablar de pasar el rato conversando con alguien, sin afán, en plan relajado y con buena vibra. Es como sentarse a desahogarse, chismosear un poco, reírse de la vida y filosofar barato. Básicamente, perder la noción del tiempo hablando paja sabrosa, que la verdad es un planazo.
"Parce, anoche nos quedamos en la esquina echando charlas hasta las tres de la mañana y ni sentimos el frío ni que el último bus ya había pasado."