En Boyacá se usa para hablar de alguien extremadamente tierno, amable y cariñoso, de esos que dan ganas de apachurrar de lo lindo. Es como decir que la persona es tan dulce que empalaga, pero en el buen sentido. Ideal para describir a ese amigo que siempre está pendiente de todos y nunca arma drama.
"Uy, esa Laura sí es un dulce de leche, mijo, llegó con tamalitos, ayudó a lavar la loza y todavía se quedó jugando parqués con la abuela toda la tarde."