Se usa cuando alguien se ríe tan duro que se encorva, se agarra la barriga y casi termina en el piso. Es esa risa que te deja sin aire, con lágrimas en los ojos y la gente mirándote raro porque no puedes parar. Básicamente, cuando el chiste pega tan fuerte que uno se dobla como loco sin dignidad alguna.

"María contó la vaina del profesor dormido en plena clase y todos nos doblamos como locos, casi boto la malta por la nariz de la risa."

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