Expresión utilizada para decir que uno está a punto de irse a dormir la siesta o echar una cabezadita.
"Después del cocido, toca doblar el pico un rato antes de seguir con el día."
En Risaralda se usa para decir que alguien comió durísimo, que se pasó de la raya con la tragadera. Es como cuando ves a un pana que no suelta el plato y sigue repitiendo sin pena. Sirve tanto para vacilar a un amigo glotón como para admitir que uno mismo se dio una atracada brava.
"Parce, ayer en el asado doblé el pico feísimo, me comí media res, dos arepas con quesito y todavía me antojé de natilla con buñuelo."