Se usa cuando sorprendes a alguien en plena llamada que no debería estar haciendo, ya sea por la hora, por lo que está diciendo o por con quién habla. Es como agarrarlo con las manos en la masa pero versión chisme telefónico. Muy de andar por casa, con ese saborcito de regaño mezclado con puro morbo.
"Mi jefa cachó el cantón al compa del trabajo ligando por teléfono en plena junta y casi le da el infarto de puro coraje"