Expresión para decir que alguien se ha gastado una pasta gansa, casi todos sus ahorros, como si no hubiera mañana. Se usa cuando el gasto parece exagerado, caprichoso o poco necesario, aunque a la persona le haga ilusión. Vamos, que abres la cartera y solo salen ecos y telarañas del sablazo que te has pegado.
"Cristina se dejó los cuartos en la feria del pueblo comprando el jamón más caro, dos quesos curados y media bodega de vino, y ahora anda contando las monedas para el café del lunes."