Se usa cuando dos personas se dan cuenta de que son del mismo barrio o al menos de la misma ciudad, casi siempre chilangos orgullosos. Sale cuando alguien comparte mañas, gustos o traumas muy de la CDMX y se arma la complicidad inmediata. Es como decir somos del mismo lado, de la misma tierra, y la neta se siente bien chido.
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