Se usa en la Costa Atlántica para hablar de alguien que cambia de opinión o de bando rapidito, sin mucha pena ni explicación. Hoy dice una cosa, mañana la contraria, y tan campante. Es como cuando el bollo en el horno se voltea solo. A veces hace gracia, pero también da desconfianza porque nunca sabes de qué lado va a salir.
"Hermano, ayer la Mona decía que odiaba al man ese y hoy anda toda enamorada, se dio la vuelta como un bollo y ahora hasta le lleva almuerzo al trabajo."