Se usa cuando alguien empieza a largar más de la cuenta, contando chismes, secretos o detalles que debería callarse un poquito. Es como ponerse a cantar verdades sin filtro, a lo flamenco puro, pero con la lengua. A veces hace gracia, pero otras te mete en unos líos curiosos por bocazas.

"Quillo, deja ya de darle al cante en el bar, que como sigas rajando se entera hasta el camarero de lo de la despedida sorpresa."

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