Se usa para describir cuando alguien cambia de opinión o postura de manera drástica, similar a cuando se voltea una arepa al cocinarla.

"Él decía que no le gustaba el reggaetón, pero en la fiesta de ayer dio la vuelta a la arepa y no paraba de perrear."

Se usa cuando una situación que pintaba fea se arregla de repente, o cuando alguien logra cambiar la suerte a su favor. Es como decir que todo se volteó y ahora le está yendo bien. Muy de tierra costeña, con su toque sabroso, y la verdad es que la imagen de la arepa volteándose no se olvida.

"Hermano, yo estaba más pelado que un chivo en diciembre, pero me salió un contrato en Valledupar y ahí mismo le di la vuelta a la arepa, ahora hasta invito las frías en la esquina."

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