Se usa cuando alguien se larga de un sitio de golpe, sin despedirse ni mirar atrás, normalmente porque ha pasado algo que le corta el rollo o le incomoda. Es como decir que se pira echando leches, que corta el momento y sale por patas. Muy de bar, de familia y de cotilleo andaluz, y la verdad es que suena glorioso.
"Estábamos tan tranquilos en el bar y en cuanto vio entrar a su jefe, el nota cortó el puchero, pagó a toda leche y salió disparado por la puerta como si regalaran vacaciones fuera."