En Corrientes se usa para decir que alguien cambia de rumbo o de plan de golpe, sin mucha vuelta, casi siempre por algo inesperado que lo obliga a reaccionar rápido. Es como ir embalado para un lado y de repente pegar el volantazo. Suena muy de la calle y tiene ese gustito a improvisar sobre la marcha que está buenísimo.
"Íbamos de una al río a tomar tereré, pero se largó un chaparrón tremendo y nos tuvimos que correr de pique hasta lo de la abuela, llegamos empapados pero muertos de risa."