Despedida bien cariñosa y bien catamarqueña, mezcla el clásico chau con changuito, que es como decir nene, pibe o criatura con mucho afecto. Se usa para decir adiós de forma cercana, sobre todo a alguien más joven o a alguien con quien tenés confianza. Y sí, suena tierno pero con ese gustito bien del norte.
"Ya te vas, che, no seas tan colgado. Avisá cuando llegues a tu casa, ¿eh? ¡Chau, changuito, portate bien y no hagás macanas!"