Verbo muy usado en Apurímac para hablar de levantarse temprano a la fuerza, con el cuerpo pidiendo cama y el alma renegando en silencio. Es ese momento en que suena el gallo, el despertador o la vecina escandalosa y tú te paras igual, medio zombi, porque toca chamba. Y sí, duele, pero la vida no se paga sola.
"He tenido que chaqchirar a las cuatro de la mañana para ir a la chacra, con frío, sin café y con mi vieja gritando que me apure porque el sol no va a esperar a ningún flojo."