Se usa para decir que alguien está totalmente colgado, distraído o en su propio mundo, como si su cabeza fuera una olla donde nada termina de cuajar. En Ayacucho se suelta cuando la persona está tan ida que ni con gritos vuelve a la realidad, y la verdad es que a veces da risa verlos tan perdidos.
"Hermano, la Carla está real en la olla, se fue al mercado por pan y volvió con una escoba, un cuy y ni se acordó de pagar la luz."