En Trujillo se usa para hablar de cuando alguien mira mucho a otra persona, con descaro y coqueteo, como lanzando miraditas una y otra vez sin vergüenza. Es ese arte de chamuyar con los ojos, todo el rato pendiente del otro. A veces hace gracia, pero también puede ser bien sapo si ya se pasa de la raya.
"Oe, ese causa está en pleno chambaqueo con la flaca de la combi, ni ve por dónde va, se va a pasar de paradero por estar de mirón."
Forma persuasiva y algo pesada de convencer a alguien hasta que acepte, por cansancio o resignación. Es como un asedio verbal con elegancia peruana.
"Después de tanto chambaqueo, lograron que Juanito fuera a la reunión aunque no quería."