En La Guajira se usa para hablar de un discurso largo, cansón y medio aburrido, cuando alguien se pone a echarte una historia eterna que ya ni te importa. Es como si te montaran en una carreta vieja y no hubiera forma de bajarte. A veces tiene su gracia, pero casi siempre provoca es sueño y ganas de huir.
"Parce, el profe se tiró tremendo carretazo sobre la historia del municipio y yo solo pensaba en las arepas de huevo de la esquina."