Forma divertida de referirse a un desastre o problema, especialmente cuando alguien armó tremendo lío.
"Anoche en la fiesta armó una cajeta que todavía estamos recogiendo los restos."
En Yucatán, cajeta no es el dulce de leche, sino una forma medio cariñosa de decirle a alguien que es distraído, medio menso o que siempre anda en la luna. Se usa entre amigos o familia para burlarse sin tanta mala leche, aunque si lo dices con tono pesado sí puede sonar medio insulto. Y hay que admitir que suena bastante chistoso.
"Oye, cajeta, ibas a traer las chelas y llegaste con las manos vacías, ¿en qué mundo andas viviendo tú?"
En El Salvador se usa para decir que alguien es medio tonto, lento para entender o que mete la pata con cosas sencillas. No es un insulto ultra pesado, suena más a burla entre colegas cuando alguien hace algo bien torpe. Aun así, mejor usarlo con gente de confianza, porque a nadie le encanta que le digan que es una cajeta.
"Vos, dejá de ser tan cajeta, si hasta el perro entendió cómo abrir la puerta y vos todavía estás peleando con la manija."