Se usa cuando alguien está pasando por un momento rudo, lleno de problemas, estrés o incomodidad, pero igual mantiene la fe de que al final todo se va a acomodar. Es como decir que estás aguantando el chaparrón esperando la calma. Muy de cuando la cosa está fea, pero uno no se rinde porque sabe que viene la luz.
"Chamo, entre la plata que no alcanza, el carro dañado y los rollos en el trabajo, siento que estoy atravesando el túnel, pero yo sé que cuando cobre esos reales voy a ver la luz clarito."