En Yucatán, cuando te 'atascas', no te estás quedando varado sino que estás comiendo descomunalmente. Es justo lo que pasa después de ver una cochinita pibil jugosa en la mesa.

"¡Ayer me até con esos tacos de lechón y ahora no puedo ni moverme!"

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!