Se usa para decir que alguien anda medio atontado, mareado o con la cabeza en otro lado, casi siempre después de una fiesta pesada, desvelada o cruda traicionera. Es como ir caminando en automático, viendo estrellitas y reaccionando lento. No es mala onda, más bien describe ese estado zombie simpático que a todos nos ha pegado alguna vez.
"No inventes, compa, desde la peda del sábado ando bien floripondio, llegué a la chamba y hasta se me olvidó fichar la entrada."