En el Valle del Cauca se usa para hablar de esas personas que se quedan pegadas a la ventana chismoseando todo lo que pasa en la cuadra. Espiar, mirar quién entra, quién sale y con quién. Muy de vecina que se sabe la novela completa del barrio. Y hay que admitir que a veces hasta entretiene.
"Parce, la doña del 302 vive ventaniando, fijo ya sabe que anoche llegaste borracho con otro combo y ni cuenta te diste."