Se usa para decir que alguien trae una racha de suerte muy cabrona, que todo le sale chido y parece que la vida lo está consintiendo. Es como decir que anda bendecido por la buena fortuna, casi casi embarrado de buena leche. Suena muy de barrio mexiquense y la neta tiene su encanto cuando ves al suertudo en acción.
"Desde que le dieron el ascenso, Juan anda bien lechón, le subieron el sueldo, ligó en la fiesta de la oficina y hasta se ganó la rifa del barrio sin comprar todos los boletos."