Se usa para hablar de una pareja que anda demasiado melosa, llena de besitos, abrazos y cariñitos en público, casi pegados como si fueran chicle en la suela. Es ese amor empalagoso que a ellos los tiene felices, pero al resto ya nos da un poquito de diabetes visual, aunque igual hace gracia verlos.

"Mira a la Vale con el Pancho, otra vez andan acaramelaos en plena plaza, se olvidaron que no están solos, oye."

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