En Corrientes se usa para hablar de los hijos con un tono entre tierno y pícaro, como diciendo que son diablillos adorables que te vuelven loco pero igual los amás. Viene del guaraní y según el tono puede sonar más cariñoso o más retador, así que ojo con cómo lo decís porque cambia bastante la vibra.

"Che, mi añamemby no para un segundo, me desordenó toda la casa pero lo veo dormir con el perro y se me pasa la bronca al toque."

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