Se usa cuando una situación se empieza a poner bien complicada, se descontrola o se va por un rumbo medio turbio. Es como decir que todo se salió de las manos y ya va en picada. Muy de cuando algo que pintaba tranquilo termina hecho un relajo épico, con chisme, drama y uno que otro arrepentido al día siguiente.
"La reunión era nomás para platicar un rato, pero llegó el compa con la bocina, luego las chelas, luego los vecinos enojados y ahí fue cuando todo agarró callejón bien feo."