Se usa para decir que alguien es muy despistado o medio bobo para ciertas cosas, como si andara con los zapatos amarrados y no se diera cuenta. Es ese personaje que siempre se equivoca de hora, de lugar o de día. No es maldad, es pura torpeza tierna, y la verdad a veces da hasta risa verlo en acción.
"Parce, Camilo sí es muy zapatoca, llegó con uniforme al paseo de piscina y además se bajó en el pueblo equivocado todo tranquilo."