Se usa para hablar de alguien que cambia de bando o de opinión según le convenga, como quien voltea la arepa en el fogón para que no se queme. Es muy de política barata y también de gente que se acomoda al que vea ganando. A veces hace gracia, pero casi siempre huele a conveniencia pura.
"Mire pues a Camilo, ayer juraba que era del otro partido y hoy anda voltear arepa diciendo que siempre apoyó al que ganó, qué descarado tan berraco."