Se usa cuando alguien se pasa de lanza, hace algo muy exagerado o se descontrola bien duro, como si se hubiera soltado el chongo mental. Puede ser por enojo, por emoción o por pura locura del momento. Es como decir que se le botó la canica, pero con más sabor y un toque bien chiapaneco.
"No manches, el profe se voló la greña y nos dejó tarea de todo el libro, ni que no tuviéramos vida, qué onda con ese vato"