En Santiago del Estero se le dice vinilo a la persona terca que no cambia de opinión ni a palos. Es como un disco rayado que siempre vuelve al mismo tema, aunque ya todos estén cansados de escucharlo. Sirve tanto para el amigo cabeza dura como para el pariente que repite la misma historia en cada asado.
"Che, vinilo, ya sabemos que en el 98 casi sos profesional del fútbol, cambiá de tema y serví la coca, que nos tenés podridos, chango."