Expresión muy de Neuquén para hablar del viento patagónico que no afloja nunca y te complica todo, desde andar en bici hasta colgar la ropa. Se usa con humor para quejarse de la vida diaria cuando el viento pega fuerte y parece que el clima está troleando a todo el mundo.
"Fui a la facu todo peinado y fachero, pero llegué con el pelo explotado y los ojos llorosos, culpa del viento neuquino que venía cruzado como si me tuviera bronca."