En Tucumán se usa vario como forma cariñosa y medio mágica de decir vago, pero sin mala leche. Es ese amigo del alma que siempre está listo para la siesta, el fernet y hacerse el dolobu cuando hay que laburar. A veces suena a reto suave, otras a pura complicidad, y hay que admitir que tiene su encanto fiacoso.

"Che vario, dejá de hacerte el dormido en la reposera y vení a dar vuelta la carne que se te va a carbonizar todo el asado, sos más lento que colectivo de jubilados."

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