En Caldas se usa para hablar de algo tan brutal, tan exagerado o tan bueno que parece de otro planeta. Puede ser una fiesta, un chisme, un viaje o hasta una metida de pata monumental. Es como decir que la cosa está fuera de control, pero en un sentido que mezcla admiración y sorpresa. Y sí, suena sabroso decirlo.
"Parce, ese concierto estuvo un mundo verraco, salí sin voz, sin plata y con ganas de que lo repitieran al otro día."