En Áncash se usa para hablar de alguien que se sube de una a una oportunidad jugosa y la exprime al máximo, como quien ve una trucha enorme en el río y se lanza sin pensarlo. Es medio pícara, porque también puede sonar a que la persona es bien vividita y no deja pasar ni una chance. Y hay que admitir que tiene su gracia.
"Apenas escuchó que buscaban voluntarios para el viaje pagado a Huaraz, el Chato se trepó a la trucha al toque y ahora todos le preguntan cómo hizo para apuntarse primero."