Se usa para hablar de ropa tan apretada que parece que te está comiendo vivo, como si la prenda tuviera hambre de costillas. Pasa de verse moderna a sentirse como castigo textil, cero comodidad y cero aire. Es esa ropa que te deja marcados hasta los pecados y que solo te pones por pura terquedad o por la foto.
"Me compré un jean en oferta y resultó tremenda tragaína, hermano, me siento como chorizo de feria, ni puedo respirar y encima todavía falta subir al combi."