Se usa para llamar de forma cercana a alguien que tiene exactamente el mismo nombre que tú, ya sea nombre propio o a veces hasta apodo. Es como encontrar a tu gemelo de nombre en la vida real y aprovechar para hacerle conversación. Suena muy de compas y tiene un toque de confianza inmediata que mola bastante.
"Eh, tocayo, ya me dijeron que tú también te llamas Juan, así que vente a las chelas y a las carnitas, porque aquí el requisito mínimo es llamarse igual que el desmadre."