Se usa para decir que alguien anda hiperactivo, con una energía rarísima, como si se hubiera tomado tres tintos cargados seguidos. No para quieto, habla rápido, se mueve de un lado a otro y contagia su agite a todo el mundo. Es como tener cosquillas internas de pura ansiedad y emoción. Y hay que admitir que a veces hace gracia verlo.
"Parce, desde que le contaron lo del viaje a la costa, Laura tiene una pispirigaña brava, no se queda sentada ni cinco minutos y ya nos tiene a todos mareados con tanto plan."