Se usa para hablar de alguien que está relajadísimo, sin apuro y con la mente en modo vacaciones permanentes. Es muy rollo isleño, como si la persona tuviera literalmente la pierna metida en el mar, dejando que la brisa y el oleaje se lleven las preocupaciones. Es una forma simpática de decir que vive sabroso y sin mucho estrés.
"Desde que a Manuel le salió la jubilación, ese hombre tiene la pierna en remojo todo el día, echado en la hamaca frente al mar mientras los demás corremos como locos por la ciudad."