Se usa para decir que alguien tiene una cicatriz brígida, de esas que cuentan sola la historia. Puede ser por un porrazo épico, una operación heavy o cualquier cagazo memorable. La gracia es que detrás de esa marca siempre hay una anécdota intensa, medio trágica pero igual chistosa. Y admitámoslo, varias de esas historias salen después del tercer copete.
"El Nico tiene la media mansa cicatriz en la ceja, si le preguntai te cuenta cómo se sacó la cresta tratando de hacer parkour curado afuera del carrete del curso."