En Apurímac, 'tarifa' se usa de forma pícara para referirse a la cantidad justa de chicha que necesitas para entrar en calor y soltar las penas.
"Después de la jornada, siempre paso por donde la Rosario para mi tarifa diaria, ¡no hay mal humor que aguante!"
En Yaracuy decir que alguien te puso una tarifa no tiene nada que ver con pasajes ni precios. Es esa cara de fastidio mezclada con mala gana cuando le pides un favor y el pana parece que estuviera pagando una deuda. Es como si te estuviera diciendo que sí, pero con una cara que provoca mandarlo pa' la porra.
"Le pedí a Carlos que me ayudara con la mudanza y me puso tremenda tarifa, se quedó todo amargado mirando el teléfono como si yo le estuviera cobrando una fortuna."