Se usa en Bogotá para decir que alguien está muy bravo, lleno de rabia, como a punto de explotar. Es ese nivel de enojo en el que ya ni piensa bien y cualquier cosa lo termina de sacar de casillas. No es solo estar molesto, es estar embera, casi listo para volverse Hulk criollo y armar el desmadre.
"Parce, mi mamá se puso toda embera cuando vio la nota del semestre, guardé el Play porque pensé que me lo iba a estrellar contra la pared."