Se usa para describir a alguien muy despistado, medio loco y con cero sentido de la responsabilidad. Es esa persona que promete mil cosas y luego se olvida de la mitad, vive en su mundo y siempre llega tarde. No es un insulto brutal, pero sí un buen jalón de orejas con un toque de burla cariñosa.
"Oye, no le encargues la plata a ese pata, es un tarambana, se va a ir de juerga, se la gasta en chelas y después dice que se le perdió la billetera en la combi."