Se usa en Santiago del Estero para decir que alguien está re perdido, colgado o totalmente desorientado, como si se hubiera metido en el monte entre yuyos y no encontrara la salida. Puede ser porque no entiende nada, porque está en la luna o porque viene medio dormido. Y hay que admitir que la imagen es bastante graciosa.
"Le expliqué tres veces cómo llegar al baile y el chango sigue tá pa' los yuyos, va a terminar en la casa de la vecina tomando mate con la abuela."