Expresión bien limeña para decir que alguien aguanta una situación incómoda, pesada o que da flojera, como estar apretado en el micro o soportar a alguien cargoso. Es como bancarse algo que no te provoca nada, pero igual te lo comes calladito. Y hay que admitir que los limeños son creativos para quejarse con estilo.

"Mónica se fue al toque a su chamba porque ya no quería seguir soplándose el aire con la visita de su suegra, que no paraba de rajar, criticar la comida y preguntar cuándo se iban a casar de una vez."

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