En euskera se usa sopako para hablar de un día gris, lluvioso y tristón, de esos que parecen hechos a medida del norte. Es como decir que el cielo está hecho una sopa aguada y no levanta ni a tiros. No es tu sopa del plato, pero te deja igual de empapado y con ganas de manta.
"Vaya sopako se ha montado hoy, tú, que he salido a por pan y he vuelto chorreando como si me hubiera bañado en la ría."