Se dice de la persona que habla y habla sin parar, como radio descompuesta al amanecer, pero casi siempre con buen chisme y sabrosas historias. En Veracruz se usa para ese cuate que arma la chorcha, se arranca con anécdotas del puerto y si lo dejas te narra hasta la vida del vecino. Y la neta suele ser divertido escucharlo.
"No manches, en la carne asada el Chucho bien chachalaco, se aventó tres horas contando chismes del puerto y ni para ir por otra chela nos dejó hablar."