En el norte de Santander se usa para hablar de la persona a la que siempre le encasquetan todas las tareas, sobre todo las más pesadas o aburridas. Es como el pringado oficial del grupo, al que siempre le toca buscar la bola, recoger el desorden o apagar los incendios. Básicamente, el que siempre paga los platos rotos, y con cara de yo qué culpa tengo.
"Parce, en el trabajo siempre me toca ser el azulejo, mientras los otros se hacen los locos tomando tinto y echando chisme en la cocina de la oficina."