Se usa cuando alguien intenta disimular sus verdaderas intenciones, pero se le nota a la legua lo que trama. Vale para el que va de buena persona, de humilde o de neutral, pero en realidad está buscando interés, peloteo o meter cizaña. Vamos, que por mucho teatro que haga, ya lo tienes calado y no cuela.
"Ahora vas defendiendo al jefe en todas las reuniones y haciéndole la pelota, pero se te ve el plumero, que lo que quieres es que te suba el sueldo y te quite los turnos chungos."