Se usa cuando de repente se forma un alboroto sabroso, un chisme gordo o un problema que nadie veía venir. Puede ser pelea, escándalo o show completo, y casi siempre los que miran desde afuera se están muriendo de la risa. Es como decir que todo se salió de control y quedó la novela armada.
"La profe solo preguntó quién había copiado la tarea y se armó el caso, todo el salón gritando, echándose la culpa y hasta el conserje metido en el bochinche."