Calificativo medio cariñoso medio vacilón para alguien que anda desaliñado, con pinta de recién levantado y cero ganas de arreglarse. Se usa entre patas para bajarle el humo a alguien que llega hecho un desastre, pero sin mala leche. Es de esas palabras que suenan a barrio, a fulbito en la calle y a domingo con resaca.
"Causa, has venido bien rangucho a la pichanga, parece que te has escapado de la cama directo a la cancha, mínimo lávate la cara que asustas hasta al árbitro."